En el día del Angel de la Guarda, un pensamiento rápido considerando la dignidad sacerdotal. Es de San Alfonso María Ligorio.
Se cuenta una historia de los tiempos de San Francisco de Sales. Éste había ordenado sacerdote a un joven clérigo. El santo había observado antes cómo llegado a la puerta el joven solía siempre pararse como quien cede el paso a alguien. Después de la ordenación vio que ya no cedía al paso. San Francisco le preguntó al joven sacerdote al respecto y éste le respondió:”Tengo el privilegio de ver continuamente a mi ángel de la guarda. Este siempre caminaba a mi derecha y delante de mí. Pero después de mi ordenación sacerdotal el ángel camina a mi izquierda y ya no quiere pasar delante de mí por la puerta”. San Francisco de Asís decía: “Si encontrara a un ángel del cielo y a un sacerdote, primero me arrodillaría ante el sacerdote y luego ante el ángel”.