A ETERNA BEM-AVENTURANÇA

bem-aventurancaChn. Louis Bremond, “Le Ciel, ses joies et ses splendeurs”, P. Lethielleux, Lib.‑Éditeur, Paris,

 

 

 1925, pp. 2‑4‑5‑10‑13‑18‑20.

A bem‑aventurança requer não somente a visão mas a posse do fim e o gozo que tem como conseqüência o repouso do amante no objeto amado

“O coração do homem foi ferido, desde sua origem, por um golpe que partiu do Infinito. Ninguém poderá curar essa ferida senão Aquele que a fez”. (Mgr d’Hulst, Mélanges philosophiques, p. 288)

Por isso Davi exclamava: “Quando vossa glória manifestar‑se a mim, Senhor, aí serei satisfeito”. (Ps. XV, 15)

“Deus é o fim de seu ato criador, diz São Tomás, por ser Ele o princípio. Porque Sua qualidade de fim não significa outra coisa senão o ser até o fim o princípio da criatura comunicando‑lhe, também até o fim, Sua própria bondade”. (P.I, q.12, a.1 Cf. Somme philosophique, I. III. c.17)

“O fim último do homem satisfaz de tal maneira seus desejos naturais, que ele deixa de procurar qualquer outra coisa a partir do momento em que o possua, porque, se ainda resta no homem algum movimento para outro objeto, este movimento é uma prova de que não possui ainda a finalidade na qual deve encontrar o repouso”. ( Somme philosophique, livre III, ch 48)

O pensamento de São Tomás ainda se desenvolve mais na Suma Teológica:

“A bem‑aventurança requer não somente a visão que é o conhecimento perfeito do fim último e inteligível, mas ainda, a posse que se relaciona à presença deste fim e o gozo que tem como conseqüência o repouso do amante no objeto amado”. (Somme Théologique, I‑II, q.4. a.3)

E Suarez diz que “a perfeição total da bem‑aventurança” está nessa percepção da essência divina”, que “é a principal e mais perfeita operação da alma” (Suarez, De Beat., disp. 7)


Como surpreender‑nos que Santo Agostinho diga que a bem‑aventurança é “a plenitude superabundante de tudo aquilo que é desejável”, “a reunião de todos os bens”, como diz Boécio, e, como acrescenta São Tomás: “o bem perfeito que dá a todos os nossos desejos sua plena e inteira satisfação”? (S.Aug., De Civitate Dei, lib. XIX, cap I; Boèce, de Consolatione philosophiae, lib. III, pros. 2; S. Thomas, I‑II, q.2, a. 8)

Tudo isso fazia São Gregório Magno exclamar:

“Qual é o espírito capaz de conceber a sublimidade das alegrias celestes? Assistir aos coros dos Anjos, glorificar ao Criador na companhia dos Santos, contemplar diretamente a face de Deus, ver a luz infinita, estar ao abrigo da morte, rejubilar‑se para todo o sempre com o dom da incorruptibilidade!

A alma queima de ardor por estes bens apenas ao conhecê‑los e desejaria já estar no lugar onde anseia desfrutar de uma felicidade eterna”. (Hom. XXXVII sur l’Évangile)

PSICOLOGÍA DEL ALMA SEPARADA

TEOLOGIA DE LA SALVACION

P. FR. ANTONIO ROYO MARIN, O. P.morte-sao-romualdo

 

 

    I. EL ESTADO DEL ALMA SEPARADA

 

133. Ante todo hay que partir del supuesto de que la unión del cuerpo con el alma es plenamente conforme a la naturaleza. Substancias incompletas como son, se ordenan la una a la otra para constituir el ser completo o persona humana. Ello quiere decir que el estado de separación es, en cierto modo, violento para el alma, único elemento que subsiste vitalmente después de la separación. Si es contrario a la naturaleza cualquier mutilación del cuerpo humano, y nos causa, por lo mismo, una dolorosa impresión ver a un hombre privado de sus brazos o sus piernas, es evidente que mucho más contrario a la naturaleza humana es que el cuerpo entero se arranque y separe de su alma; por eso la vista de un cadáver nos causa siempre, instintivamente, un sentimiento de espanto y de dolor.

Sin embargo, en algún sentido, el alma es más libre y perfecta al quedar desembarazada de la pesadez de la materia, que impide o dificulta muchas veces su vuelo intelectual. En este sentido, y recogiendo todos estos principios, podemos estabelecer la siguiente

 

Conclusión: El alma en estado de separación es más perfecta en algún sentido y menos perfecta en otros.

 

1) ES MÁS PERFECTA. ‑ Porque separada del cuerpo:

a) Conserva tan sólo en su raíz (radicaliter) las potencias sensitivas, vegetativas y locomotivas. Luego no se distrae con su ejercicio ni consume su energía atendiéndolas.

b) Adquiere el modo de existir de los espíritus puros. Pero, como el modo de ser importa el modo de obrar, el alma separada entiende y ama al modo de los espíritus, que es, de suyo, más perfecto. Por eso dice Santo Tomás que el alma separada es “en cierto modo más libre, en cuanto que la pesadez y ocupación del cuerpo no le impide la pureza de su entender” (I,89,2 ad I).

 

2) ES MÁS IMPERFECTA. ‑ Porque este estado de separación incluye ciertas imperfecciones con relación a la naturaleza del alma, ya que al alma le competen naturalmente tres cosas principales, de las que se ve desposeída en el estado de separación:

a) La unión con su cuerpo, para el que tiene intrínseca proporción y apetito natural.

b) La conversión a los fantasmas de la imaginación, con los que puede entender mejor y más claramente que con la especies infusas, que son demasiado elevadas para ella (cf. I,89,I).

c) El conocimiento sensible de las cosas corpóreas, que en el estado de separación no puede conocer sino de una manera puramente espiritual.

De esto principios se deduce claramente que el estado de separación no puede considerarse más perfecto desde todos los puntos de vista; de lo contrario, la unión del alma con el cuerpo no podría llamarse natural. Sin embargo, el estado de separación tampoco puede llamarse antinatural o enteramente contrario a la naturaleza del alma ‑ ya que, de suyo ella tiene vida independiente del cuerpo y puede sin él desplegar sus actividade propias ‑, sino únicamente menos natural[1].


[1]  1 Cf. FARGES, Philosophia scholastica (París 1934): Psychologia, n.247.